Medios y prensa

Julio Aro, a 34 años de la guerra ( Nota de Ahora 10 )

11 Abr 16
Alberto Mena
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El ex combatiente Julio Aro lucha porque el «Proyecto ADN» se pueda llevar a cabo. «Le tenemos que poner a cada cruz su nombre”, dice

Por Valentina Viejo

Julio Aro tenía apenas 19 años cuando pisó Malvinas y debió combatir contra los ingleses por la recuperación de las islas. A pesar de que la guerra terminó el 14 de junio de 1982, las secuelas lo acompañan hasta el día de hoy.

“Había terminado la colimba y prometí que nunca más volvería al regimiento. Pero el 3 de abril me llegó la carta de que me tenía que presentar. Era inocente, muy ‘mamero’, no sabía que íbamos a formar parte de un acontecimiento histórico”, confesó a 10 Ahora.

Tampoco Julio se iba a imaginar que regresaría de ese sangriento conflicto con vida, que formaría la fundación “No me olvides”, haría el documental “Héroe corriente”, entregado al Papa Francisco, y presentaría el “Proyecto ADN” para identificar a los 123 soldados caídos sepultados en el cementerio de Darwin.

“A partir de la guerra mi vida hizo un vuelco”, manifestó y detalló: “Pensaba que lo que había vivido no me lo iban a creer. Fueron 74 días de mucho sufrimiento e incertidumbre. Hubo actos heroicos, los chicos fueron hombres, son héroes”.

Después de la terrible experiencia, los excombatientes debieron soportar las consecuencias al regresar a sus casas. “Hubo muchos problemas de trastornos. No dormía en mi colchón y me dormía esperando un grito o un estallido. Nos costó mucho reinsertarnos en la sociedad porque éramos los loquitos. Estábamos marginados”, expresó.

Sin embargo, Julio pudo rehacer su vida con mucho esfuerzo. Pero en 2008 sintió la necesidad de retornar al lugar donde había perdido a muchos compañeros y volvió a sentir “el fuerte viento que te pega en la cara y ese inigualable olor” que caracteriza a las islas.

-¿Qué sentiste al regresar?

-La experiencia fue genial. Fui a buscar al Julio que había dejado en el ‘82. Desde que bajé del avión no paré de llorar, me temblaban las piernas. Me hizo bien. En el cementerio aliviané la mochila que tenía: estaba encorvado y volví erguido, me saqué las porquerías. El que pisa las islas vuelve de otra manera, con ganas de hacer cosas.

En ese nuevo viaje a Malvinas Julio sintió la obligación de involucrarse un poco más en el tema. “’Soldado argentino sólo conocido por Dios’, me mató esa placa. A partir de eso, nos empezamos a motivar y armamos la fundación”, afirmó.

El presidente de “No me olvides” recorrió un largo camino para que se identifiquen los 123 cuerpos sepultados en Malvinas. La Cruz Roja Internacional, Desarrollo Social y Antropología en conjunto realizaron el primer banco genético con 119 muestras de sangre de familiares de los soldados caídos.

“Estamos a un paso de poderlo lograr. Hace falta que los gobiernos entiendan que es un hecho humanitario y no político. El Estado tiene miedo de que también pidamos la soberanía, aunque nunca vamos a dejar de reclamar, ahora sólo pedimos la identidad. Le tenemos que poner a cada cruz su nombre”, manifestó con seguridad.

A 34 años del conflicto bélico, todavía hay padres que esperan a sus hijos en las puertas de sus casas y, aquellos que tuvieron la oportunidad de ir a Darwin, recorren el cementerio de punta a punta para encontrar la placa con el nombre de su hijo. Por eso, explica Julio que “es traumático porque el cuerpo está ahí, no son NN, tenían nombre, apellido y rostro. Es el derecho a la identidad. Una de las formas de matar es el olvido. Esas familias no pueden cerrar su duelo, necesitan saber dónde están”.

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Cruce por la Identidad ( Nota del diario La Capital )

01 Abr 16
Alberto Mena
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Con un avión Hércules de la Fuerza Aérea británica y la carga emotiva de representar a la Argentina, cuatro deportistas marplatenses de categoría amateur unieron a nado las islas Malvinas, con el objetivo de concientizar sobre la necesidad de identificar a 123 soldados argentinos caídos en la guerra de 1982.
Tras un año de entrenamiento y preparativos, el “Cruce por la Identidad” finalmente se llevó a cabo en la pasada tarde del miércoles, cuando las condiciones climáticas del archipiélago fueron favorables. Así, Adrián Echavarría, Diego Picardo, Martín Sánchez y Guido Ganim cumplieron su sueño.
Como lo habían adelantado en una nota publicada por LA CAPITAL el último 29 de febrero, los hombres cuyas edades oscilan entre los 34 y los 41 años se conmovieron al lograr el objetivo: nadar 6 kilómetros por el estrecho de San Carlos, el canal que divide a las islas Gran Malvina y Soledad.
Fueron casi dos horas de travesía, tras un año completo de complejos entrenamientos en la pileta y en el mar de La Perla, a cargo de Andrés Rosso y Claudio Plit, múltiple campeón mundial de aguas abiertas. Y lo consiguieron.
Después de los abrazos, los llantos y la risa, el equipo completo del “Cruce por la Identidad” se dirigió al cementerio de Darwin, donde descansan los cuerpos de los caídos.
No bien pudieron conectarse a internet, ya sobre la noche del miércoles, contaron la noticia a través de su cuenta de Facebook. Allí escribieron lo siguiente:
“El equipo cumplió el objetivo. Nadó los 6 kilómetros en las islas Malvinas en apoyo al Proyecto ADN de la Fundación No Me Olvides, para que 123 héroes dejen de ser ‘Sólo conocidos por Dios’. Después de esta travesía, nos dirigimos al cementerio de Darwin para ofrendar parte del equipo con el que entrenamos durante un año y con el que nadamos en las islas”.
Y agregaron: “Un avión Hércules de la Fuerza Aérea Británica pasó una y otra vez por encima nuestro durante la travesía observando cada movimiento que hacíamos”. Por último, agradecieron especialmente a las familias que los acompañaron en todo este período y “a cada uno que desde su lugar nos apoyó en cada brazada”.
Pese a la presencia de la aeronave, los marplatenses confesaron que los isleños (en total son 1.600) los trataron correctamente. “Se siente la localía, pero nos manejamos con respeto y recibimos respeto”, dijeron.

La iniciativa

“Somos un grupo de amigos que empezamos a nadar hace dos o tres años, y en esa amistad conocimos la historia de Julio Aro, de la Fundación No Me Olvides”, dijeron a LA CAPITAL en la previa del viaje. El documental “Héroe corriente” fue el que les cambió la perspectiva del conflicto. O mejor dicho, los concientizó.
La escena en la que una de las madres de los soldados NN camina en el cementerio de Darwin hasta que escoge una tumba al azar, sobre la que deposita las flores convencida de que allí abajo descansan los restos de su hijo, no sólo les provocó una lógica conmoción. Los cambió. Causó en los nadadores amateurs una sensación de deuda imposible de ignorar.
Y fue ese compromiso el que buscaron difundir y contagiar con la travesía. Para ellos, resultaba clave que los kelpers, como así también los argentinos y los ingleses, y el resto del mundo que se enterase del cruce, entendieran que no era su meta reclamar soberanía, sino concientizar sobre las necesidad humanitaria de identificar a los caídos.
“Soldado argentino sólo conocido por Dios”, rezan las tumbas de los 123 combatientes cuyas identidades aún se desconocen. Al finalizar la cruzada, Echavarría, Picardo, Sánchez y Ganim sienten que cumplieron su compromiso, cuya génesis tuvo lugar en la casa de uno de los integrantes del grupo de amigos, mientras compartían un asado hace más de un año.
El equipo, además de los entrenadores mencionados anteriormente, lo completaron el camarógrafo de Canal 10 y la productora Arritmia, Bernardo Boucho, y su hermano Guillermo. Ambos registraron la travesía desde un bote semirrígido y con las imágenes, al igual que lo hicieron en su primera visita a Malvinas -ocurrida en 2013-, realizarán un documental.
Los marplatenses regresarán el domingo a la ciudad. Sobre el mediodía, sus familiares y allegados se congregarán en el Monumento a los ex combatientes -ubicado en diagonal Alberdi y San Luis- para recibirlos. El viaje solamente duró una semana, pero el abrazo con ellos será tan emotivo como si hubiesen pasado años de no verse.
“Yo me voy a hacer el símbolo del cruce -un hombre nadando entre las islas-, y en el medio la fecha en la que lo podamos hacer”, había revelado Diego antes de partir, mientras los demás asentían, como siguiéndolo en su iniciativa. Como cuando nadaron.
Ahora resta elegir la fecha y el tatuador para que la odisea les quede registrada en la piel. En la memoria ya se les instaló para siempre.

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Nota del Cruce por la Identidad en Radio Brisas

21 Mar 16
Alberto Mena
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El domingo 20 de marzo, mientras regresaban hacia la ciudad de Mar del Plata, los integrantes de la travesía «Cruce por la Identidad» fueron entrevistados a través de Radio Brisas por el periodista Horacio Embón en su programa «Embón Registrado».

El nadador Martin Sánchez contó en Radio Brisas cómo fue la experiencia del Cruce por la Identidad que realizaron en Malvinas para la colaborar con el proyecto para identificar a los soldados caídos en la guerra que están en el cementerio de Darwin.

Los marplatenses Adrián Echevarría, Guido Ganim, Diego Picardo y Martín Sánchez lograron cruzar el miércoles 16 de marzo de 2016 el Estrecho de San Carlos, en las Islas Malvinas. “Somos un grupo de nadadores amateur que hace un año, después de ver el documental de la Fundación No Me Olvides dirigida por Julio Aro, quisimos aportar nuestro granito de arena”, recordó Sánchez.

La causa principal es que sean identificados los soldados argentinos que están enterrados en el cementerio de Darwin. “Figuran como soldados desconocidos entonces como nosotros solo sabemos nadar decidimos hacer el Cruce por la Identidad”, señaló.

Lo propuesto fue logrado el miércoles 16 de marzo cuando lograron nada 6 kilómetros en el Estrecho San Carlos con un agua a 6 grados de temperatura. “Nadamos 1 hora 45 minutos. Se nos pasaron muchísimas cosas por la cabeza, y en el momento de nadar se nos cruzaron las palabras de Julio Aro”, destacó y contó que “nos pudieron un avión Hércules para que nos haga un vuelo rasante”.

Una vez que lograron hacer el Cruce por la Identidad sostuvo que “enterramos nuestras mallas, que tenía los colores de la bandera argentina, como un símbolo de ofrenda a los soldados que están en Darwin”.

Además, rememoró lo que fue la visita al cementerio antes de hacer el nado. “El domingo cuando llegamos fuimos al cementerio y le dejamos un rosario a cada soldado bendecido por Monseñor Antonio Marino en homenaje a cada uno de ellos”, precisó y subrayó que “te quiebra llegar al cementerio con el frió y el viento”.

Para escuchar la nota abrir el link:
Link Radio Brisas

Cruce-por-la-identidad-2

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Misión Cumplida

17 Mar 16
Alberto Mena
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Finalizó con éxito el Cruce por la Identidad. Este sueño de cuatro nadadores amateurs de realizar a nado los 6 km. que separan las dos Islas que conforman el Archipiélago de Malvinas se inspiró en el proyecto que lleva adelante la Fundación No Me Olvides de identificar a través de muestras de ADN a los 123 compatriotas cuyos restos descansan en el Cementerio de Darwin bajo placas que rezan «Soldado Argentino Sólo Conocido por Dios».
La delegación partió desde Mar del Plata el viernes 11 a la madrugada hacia Capital Federal. De allí en avión hacia Río Gallegos y finalmente tomaron el vuelo que los depositó el sábado 12 en suelo malvinense.
El día domingo se realizó la vista al cementerio de Darwin donde se homenajeó a cada uno de nuestros héroes depositando un rosario en cada una de las cruces.
Por la tarde se hizo reconocimiento de las frías aguas en playa Azul, San Carlos donde los nadadores y los entrenadores probaron los trajes y entrenaron durante 40 minutos.
La temperatura del mar ronda los 9 grados y acompañan fuertes vientos con ráfagas que llegan a los 100km.

El día miércoles 16 de marzo, Adrián Echavarría, Guido Ganim, Diego Picardo y Martín Sánchez lograron finalmente cumplir la misión. Tras un año de intenso entrenamiento en pileta y mar, estos marplatenses atravesaron el estrecho con condiciones meteorológicas que no fueron las ideales, obligándolos a cambiar el plan inicial de cruce. Pero finalmente pudieron ir desde la Isla Gran Malvina a la Isla Soledad atravesando el citado canal de 6 kilómetros de extensión, con una temperatura de 7 grados en el agua.

Al llegar a la menor de los archipiélagos, los cuatro nadadores marplatenses, que tuvieron el apoyo de Andrés Rosso y el ex campeón mundial de aguas abiertas Claudio Plit (radicado en Mar del Plata), enterraron una malla utilizada en los entrenamientos como testimonio de su hazaña en cercanías del cementerio

Un avión de la Fuerza Aerea Británica los estuvo observando durante el cruce y todas las imágenes fueron registradas por el camarógrafo marplatense Bernardo Boucho, para la elaboración de un documental que se conocerá proximamente.

Esta travesía fue gestionada por la Fundación » No me Olvides» y llevó el nombre de «Cruce por la Indentidad», ya que tuvo como objeto no abandonar y profundizar la identificación de las 123 tumbas que actualmente están sin identificar en Darwin.

El domingo, alrededor del mediodía, la delegación arribará al punto de partida, es decir el Monumento a los Caídos de Malvinas, en Diagonal Alberdi y Córdoba.

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Cruce por la Identidad (Nota de La Capital )

17 Mar 16
Alberto Mena
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El objetivo y las motivaciones que movilizaron a este grupo de marplatenses a realizar una travesía de 6 Km en el estrecho San Carlos de las Islas Malvinas, explicados en esta nota realizada por el periodista Bruno Verdenelli del diario La Capital de Mar del Plata y publicada el 29 de febrero:
Tildarlos de hombres grises tal vez podría constituir un exceso. Pero de seguro que Adrián Echavarría, Diego Picardo, Martín Sánchez y Guido Ganim jamás volverán a ser los empleados o profesionales o padres corrientes que fueron hasta el día en que el objetivo de unir a nado las islas Malvinas, por el estrecho de San Carlos, comenzó a prevalecer sobre el resto de los objetivos de sus vidas.
Nada los vincula, por fuera de ser argentinos, con el conflicto de la soberanía. No tienen familiares ni amigos relacionados con la guerra. Ni siquiera la recuerdan bien, porque eran muy pequeños en 1982. Por el contrario, los cuatro nadadores aficionados sienten un compromiso ineludible con el “Proyecto ADN”, que lleva adelante el ex combatiente Julio Aro, con el fin de identificar a los 123 soldados argentinos “sólo conocidos por Dios”.
La meta que persigue la estricta y sola concientización humanitaria, a través del logro de una eventual repercusión internacional, comenzó a apropiarse de los pensamientos de los marplatenses un año atrás. Ahora, luego de largos meses de exigente entrenamiento en el mar y en la pileta, están a punto de materializarlo: el próximo 12 de marzo aterrizarán en Puerto Argentino para llevar a cabo su sueño.
“Somos un grupo de amigos que empezamos a nadar hace dos o tres años, y en esa amistad conocimos la historia de Julio Aro, de la Fundación No Me Olvides”, cuentan a LA CAPITAL en la previa del viaje. El documental “Héroe corriente” caló hondo en la conciencia de estos hombres, cuyas edades oscilan entre los 34 y los 41 años.
La escena en la que una de las madres de los soldados NN camina en el cementerio de Darwin hasta que escoge una tumba al azar, sobre la que deposita las flores convencida de que allí abajo descansan los restos de su hijo, no sólo les provocó una lógica conmoción. Los cambió. Causó en los nadadores amateurs una sensación de deuda imposible de ignorar.
Y es ese compromiso el que quieren difundir. El que procuran contagiar. “No vamos a reclamar soberanía, vamos a pedir que haya diálogo entre los gobiernos para que 123 soldados muertos dejen de ser sólo conocidos por Dios”, explican. Y agregan: “No es un eslogan, es una realidad”.
Para los marplatenses, que nunca estuvieron en Malvinas, es imperioso que los ingleses, los nativos de las islas e incluso los argentinos comprendan la existencia de una necesidad irrefutable: identificar a los caídos. “Si entienden que éste es un tema humanitario, creemos que no va a haber ningún tipo de problemas”, afirman tras ser consultados por el trato que esperan de parte de los 1.600 habitantes del archipiélago.

Duro entrenamiento

Hace dos o tres años que nadan. Pero solamente por gusto y práctica de un deporte. Eso, claro, no alcanza para lograr semejante proeza: unir las islas a través de las aguas heladas representa cruzar 6 kilómetros, lo que les podría demandar hasta cuatro horas.
“Cuando conocimos el proyecto de Julio Aro nos pareció importantísimo. Es una deuda que tenemos todos los argentinos con esos argentinos”, definen Adrián y Diego, en una visita a LA CAPITAL. Sus compañeros de travesía no acudieron a la cita por razones laborales. Pero sí lo hizo el camarógrafo de Canal 10 y la productora Arritimia, Bernardo Boucho, que junto a su hermano Guillermo viajará por segunda vez a Malvinas para filmar un documental sobre el cruce.
Fue precisamente Boucho quien presentó a Aro con los nadadores. “Ni bien le contamos nuestra idea se prendió”, dicen.
Y añaden: “Hace poco habíamos escuchado que un argentino había cruzado el estrecho, entonces hablamos con nuestro profesor y de alguna u otra manera terminamos encontrándonos con Claudio Plit, cuatro veces campeón mundial de aguas abiertas y miembro del Salón de la Fama en Estados Unidos”.
Plit es rosarino, pero vive en Mar del Plata por elección. Podría hacerlo en cualquier parte del mundo -de hecho lo hizo antes-, pero ya hace tiempo que prefirió establecerse en esta ciudad. Y cuando conoció el proyecto de los aficionados al agua se envalentonó. Sin dudarlo un instante, decidió acompañar en la dirección del entrenamiento a Andrés Rosso, con quien formará parte del grupo de viaje.
La preparación se volvió tortuosa por momentos, pero la motivación fue mayor. “De a poquito fuimos ampliando los metros, siempre en verano con aguas calmas… No lo que vivimos este invierno en el agua: llevamos un año, desde marzo o abril de 2015”, relatan, estoicos, Adrián y Diego.
Con la meta todo el tiempo en sus cabezas, los cuatro marplatenses se lanzan a la pileta ubicada en Gascón y San Juan cuatro veces por semana. Pase lo que pase, están ahí los días designados para entrenar. Y los sábados los espera el mar de La Perla; a nivel local, lo más parecido al escenario que deberán enfrentar en pocos días.
Como Bernardo, que ya se tatuó el mapa de las Malvinas en una de sus piernas, los nadadores sólo piensan en los diseños que elegirán al regresar, para que la odisea les quede registrada en la piel. “Yo me voy a hacer el símbolo del cruce -un hombre nadando entre las islas-, y en el medio la fecha en la que lo podamos hacer”, revela Diego.
Y es que el día dependerá de las condiciones climáticas. “Lo haremos cualquier día entre el 12 y el 19 de marzo, según cómo estén las corrientes marinas”, subraya Adrián. Los demás integrantes del grupo aguardarán en las embarcaciones semirrígidas que alquilarán en tierra.
De sólo imaginar el momento que marcará la culminación del objetivo, el final del cruce, la llegada a tierra tras horas de nado, los hombres se emocionan. “Nos vamos a abrazar, reiremos, gritaremos, lloraremos y brindaremos con algunas cervezas”, auguran.
Aunque no todo es expectativa, porque tampoco ocultan ciertos temores por las dificultades que afrontarán. Y es que las autoridades isleñas se tornan muy exigentes respecto de los requisitos que deben cumplir los argentinos al llegar a un suelo que, en realidad, les fue usurpado en los tiempos del colonialismo que preanunciaba la era de la Inglaterra victoriana.
Por eso, antes de planificar la cruzada, los marplatenses se comunicaron con el Gobierno de las mal llamadas Falkland. “Nos contactó una chica que tiene una agencia de viajes y ellos dijeron que teníamos que llevar certificado y pasaporte, con domicilio establecido: no nos prohíben nadar pero nos hacemos responsables nosotros de lo que pueda pasar”, confiesan.
Diego, Martín, Adrián y Guido saben que no cuentan “con ningún tipo de apoyo”. “Ellos nos adelantaron que no nos van a mandar ningún grupo de rescate ni Prefectura”, manifiestan. Ese será otro obstáculo que deberán sortear. Un escollo para nada menor para consumar la hazaña.

“Malvinizar”

La palabra “malvinizar” no está registrada en el diccionario de la Real Academia Española. No existe como verbo, pero eso no les importa a los ex combatientes, quienes la utilizan constantemente. Para ellos significa “mantener viva” la historia de Malvinas.
Es esa la razón principal por la que celebran la idea de los nadadores vernáculos. Y la alientan. “No nos contactó nadie vinculado al conflicto bélico; sólo la fundación y Oscar León, de la ONG Asociación Ex Soldados Conscriptos del Territorio Argentino, con quienes nos conocimos en la Expo Deportes del año pasado”, señala Diego.
Y Adrián concluye: “Ellos nos alientan, nos apoyan, sienten que su generación va a desaparecer y las nuevas que vienen tienen que mantener viva la historia de Malvinas”. Juntos, los amigos también hablan de “malvinizar” y creen, como los héroes, que este proyecto contribuye a la “malvinización” de todos.

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